como si
pudiera entrar en la muerte
abrirla para
entrar y salir
poner el
cuerpo para que reviva a la vez
que se vaya
muriendo
como una
luz que se agazapa
con los
ojos vivos y hermosos
entrar al
cuerpo
hacer el
mundo y el dolor
con una
vejez menos colgándonos del párpado
con el
delirio atravesado como un cuerno
de oro
entrar y
salir de la muerte
sencillamente
masticar la
asfixia y la distancia
que tampoco
son una asfixia y una distancia
sino una
gota de rocío
o amanecer
agonizando de hermosura
si yo
pudiera
entrar y
salir de la muerte
como tu
cuerpo, que es un diablo
o un sol en
un plato
metería las
manos
devoraría tu
corazón, y tus tripas
chuparía tu
sangre eterna y joven,
lamería lo
bestial de tus rodillas
lo visible
de las cosas de nosotros
pero hay
que bajar o subir a la muerte
como si las
nubes o la tierra fueran esa cosa de nosotros
y recordar
lo vivo
una imagen
temblando mientras
el barco es
un viento felizmente ahogado
por ella y
por él
y por tu
sangre joven, quiero decir
nosotros
si yo fuera
una asesina
escribiría
poemas infinitos
o un
paraíso
y que vos,
siempre niño
juegues a
recortar y pegar figuritas
y le
inventes los instantes como si arrojaras
en mi
cuerpo
una rosa
con espinas
y me
ardiera la hermosura de oreja a oreja
y entonces
nos
volvemos a nosotros
ya
triturados por todas las orillas
zurcidas
por un pájaro
y me decís
que Vian te saludó esta mañana
y el café,
como si tal cosa
y yo no sé
cuál de las dos distancias
mide menos
que la muerte
Noelia Palma
No hay comentarios:
Publicar un comentario